Al despertarme el día de hoy, por apenas un segundo, sentí que estabas conmigo. Sentí que mi cabeza descansaba sobre tu pecho, que tus brazos rodeaban mis hombros y mi cintura, que mis piernas se entrelazaban con las tuyas; percibí el ritmo de tu respiración, el sonido de tu risa queda, el calor de tus manos jugando con mi cabello, tu dulce aliento sobre mi cara... tal vez sonará exagerado, pero incluso percibí tu olor claramente, no como las vagas evocaciones conjuradas por los sueños, sino clara y perfectamente aquí a mi lado.
Ya sé que parece locura, pero por un segundo apenas (como si te hubieras escondido en el mínimo instante que me tomó abrir los ojos) estuve positivamente segura de que estabas conmigo.
Y, a riesgo de parecer perezosa (que sí lo soy, para qué mentir) no puedo esperar el momento de volver a dormir para que, en ése breve momento que le toma a la mente darse cuenta de que se está despierto, pueda quizá sentirte junto a mí.
Ya sé que parece locura, pero por un segundo apenas (como si te hubieras escondido en el mínimo instante que me tomó abrir los ojos) estuve positivamente segura de que estabas conmigo.
Y, a riesgo de parecer perezosa (que sí lo soy, para qué mentir) no puedo esperar el momento de volver a dormir para que, en ése breve momento que le toma a la mente darse cuenta de que se está despierto, pueda quizá sentirte junto a mí.
Nunca antes un WOW fué además de lacónico, el adjetivo más apropiado para definir un escrito con el que tropezaran mis ojos, tus letras son como una ventana que permite husmear un poco sobre otra vida y me anima a dejar aunque sea por un momento este ensimismamiento que paraliza y entorpece la mía.
ResponderEliminarEnhorabuena, da gusto saber que a pesar de no ser este un buen tiempo para la poesía habemos aún unos cuantos tercos que no damos tregua a la insensibilidad.